Society life - Vida en sociedad

lunes, 23 de noviembre de 2009

Hoy hemos terminado el curso de Cine y literatura, o más bien de literatura en el cine. Ahora que ya ha terminado, me he puesto a repasar las clases y a analizar un poco más a fondo lo que he aprendido. No hemos llegado a ver películas enteras (más que uno o dos cortos y porque no lo permitía la duración de las clases) ni a leer libros enteros; ni mucho menos, además cada uno tiene su propia velocidad de lectura y me temo que la mía suele ser superior (no digo que sea algo mejor ni peor, simplemente no necesitaríamos el mismo tiempo); pero, a pesar de ello, si algo he aprendido es a fijarme en los mensajes ocultos de las películas. ¿Qué nos quiere transmitir el director? ¿Se trata de una idea nueva o de algo que ya existe desde tiempos inmemoriales y que ya decían los clásicos?


Todos los días convivimos con otras personas; a no ser, claro, que nos escondamos en nuestra habitación y nos encerremos durante todo el tiempo (yo no duraría mucho ya que vivo en una habitación compartida). Si nos fijamos un poco, nos damos cuenta de que podemos percibir parte de los sentimientos de los demás, su estado de ánimo al menos. Hay personas continuamente alegres, pero cuando te fijas un poco más (o cuando las conoces mejor) te das cuenta de que es simplemente una manera de esconder sus verdaderos sentimientos. A otras les cuesta mucho expresar lo que sienten y terminan creando equívocos.

La mejor fórmula para entender al resto de la humanidad es conociéndola mejor (y esto no es una ciencia exacta, para nada) pero, eso sí, nunca generalizando, ya que nos llevaría a juzgar a las personas antes de conocerlas. Si el otro día hablaba de las señoras que me intentan quitar el sitio en el metro, eso no quiere decir que sean malas personas, aunque a algunas si que les gusta ocupar dos asientos. Es lógico, están más cómodas.

Por último, me gustaría terminar con una pequeña reflexión, para hacer pensar a la gente, nada más. Si viviéramos solos en el universo (una única persona, me refiero), duraríamos un tiempo determinado. Algunos dirán que muy poco, porque necesitamos de las personas. Otros negarán esto (inconscientemente) y afirmarán que tendremos una muerte natural. Pero yo me pregunto: ¿Cuánto tiempo duraríamos?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues mi humilde opinión dice, al menos hablando por mí mismo, que duraríamos poco si viviéramos solos en el universo. No sé por qué, desde muy pequeño he tenido siempre la necesidad de comunicar mis sentimientos, de hablar con los demás, de transmitir mis ideas...(por algo estoy estudiando también Periodismo). De hecho creo que esta es una necesidad que tienen todos los seres humanos, por el mero hecho de serlo, a pesar de que haya por ahí algunos ególatras que confían tanto en su autosuficiencia y erudición que creen concienzudamente en que él y su propio ombligo se bastan y se sobran para vivir en el universo. Allá cada cual; a lo mejor es que los demás no tenemos la suerte de ser tan listos como ellos, no lo sé, pero como no creo ni mucho menos en mi autosuficiencia absoluta seguiré intentando saciar mi necesidad de que los demás me enriquezcan y yo les enriquezca algo a ellos en la medida de lo posible. Como haces tú con tu blog compañero.

Un saludo,
Nacho

Anónimo dijo...

Yo personalmente difiero un poco de la pregunta sobre la que nos haces reflexionar...me explico; para mi la pregunta tomaria otro 'rumbo' (por llamarlo de alguna manera), cual seria el sentido de nuestra existencia si estuvieramos solos?.. como bien ha dicho Nacho, debemos enriquecernos en la medida de lo posible de lo que nos puedan enseñar los demás y de la misma forma transmitir nuestro mensaje...si estuvieramos solos..para que existir?..se supone que la vida es un proceso de aprendizaje..si estamos solos, no aprenderiamos nada..y moririamos igual que hemos nacido... para que existir entonces?..

saludo,
BM.

Alberto Orfão dijo...

Exactamente a eso es a lo que me refería BM, a cuánto tiempo lograríamos vivir solos. Muchas personas lo han conseguido a lo largo de la historia durante períodos especialmente largos; ya sea de forma involuntaria como el conocido ejemplo de Robinson Crusoe o de forma voluntaria como ocurre con algunos monjes budistas que se recluyen en grutas para lograr alcanzar el Nirvana y fundirse con su alrededor, llegando (según dicen) a no necesitar apenas alimentarse.

Estas personas lograron sobrevivir a una estancia en soledad pero se debe a diversos motivos, que si lo pensamos cortan la soledad. En el primer caso, Crusoe nunca pierde el sentido de su existencia ya que cree en la posibilidad de escapar de la isla y poco después se topa con otros humanos (viernes, los caníbales, etc.). En el caso de los monjes budistas la cosa se complica más aunque, si nos paramos a pensar, no tanto, ya que su sentido de la vida es precisamente ese, mantenerse alejados del mundo humano y lograr ser uno con el todo.

Me alegro de que no sea ya Nacho el único que deja caer comentarios por aquí. Por supuesto gracias a los dos.

Un abrazo,
Alberto Orfão