Dejá Vu

jueves, 12 de noviembre de 2009

Esta mañana, al salir de clase, nos dirigimos como habitualmente hacia la cafetería. ¿A quién no le apetece una cañita (o una garimbilla) después de tres horas sentado y utilizando el cerebro? También es cierto que algunas veces utilizas el cerebro para pensar en que vas a hacer ese fin de semana o en lo que te dijo esa chica el otro día, pero vamos a suponer que estamos muy atentos siempre.

Pues bien, estando en la cafetería, alguien pregunto por un amigo y, en ese momento, me di cuenta de que aquella escena no era nueva para mí. "¡Ya lo he vivido!" - piensas. Un Dejá Vu. Hace tres o cuatro años yo no tenía ni idea de qué puñetas significaba esa palabra, así que se lo pregunté a alguien con más experiencia que yo y, más o menos, me lo supo explicar. A pesar de todo, cuando realmente comprendí su significado fue viendo la película del mismo título.

Por así decirlo, un Dejá Vu es la experiencia que me ocurrió esta mañana. Estar viviendo algo que ya has vivido antes. Sin embargo, lo que más me llamó la atención de lo de esta mañana fue que me parece recordar que lo soñé. Normalmente, la verdad, no recuerdo lo que he soñado al despertarme. Más que nada, porque me despierto y me vuelvo a dormir hasta que suena la siguiente alarma cinco minutos después; pero hay veces de esas en las que cuando te despiertas por segunda vez te pones a pensar en el sueño que has tenido y a reconstruirlo. Y esta fue una de esas veces. Recuerdo la reconstrucción del sueño y de como era esa escena. No qué personas estaban allí, ni quién me lo preguntaba; pero si recordé el nombre del amigo por el que me preguntaban y pensé: Puede que cuando vaya a la Universidad uno de mis mejores amigos se llame así y, efectivamente, así es.

Por qué tuve ese sueño, no lo se, pero, ¿no os parece algo extraño, fuera de lo normal? Esto no es algo que me ocurra todos los días.

Tal vez, y es algo que me he planteado más de una vez, exista una especie de destino fijado ya para todos, pero si fuera cierto que existe algo así, ¿tiene sentido que nos preocupemos por conseguir las cosas? Supuestamente debería venirnos todo dado o, a lo mejor, el que estudiemos es cosa del destino también.

Hoy me acabé El Alquimista, de Paulo Coelho, y en él habla de una especie de "alma del mundo" por la cual estamos todos conectados y que, a lo largo de nuestra vida nos va mostrando señales hasta que logramos nuestra "Leyenda personal". Yo creo que lo del blog es una de estas señales y no me arrepiento de habérmelo hecho. Tal vez el Dejá Vu de esta mañana también lo hubiera sido cuando tuve ese sueño hará cosa de unos meses. Os invito a vosotros a seguir también esas señales, seguro que nos llevan a todos por buen camino, aunque sea más difícil y menos divertido.

No voy a filosofar más por hoy, así que ya me despido. Muchas gracias a todos y siento no haber podido escribir anoche.

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