¡Jubilémonos más tarde!

sábado, 30 de enero de 2010

En España, la política de los últimos años es muy sencilla de describir. El Gobierno de turno se dedica a proponer medidas insuficientes para resolver la situación mientras la oposición critica estas medidas pero sin proponer otras mejores o novedosas. Por otro lado se encuentran otras zonas más minoritarias del ámbito político que critican tanto a gobierno como oposición. La cuestión es, que en algún momento, alguna medida (aunque sea por casualidad o probabilidad, como los pingüinos) tendrá que ser acertada, o la oposición presente alguna alternativa decente.

En mi opinión esta semana ha ocurrido eso. Edad de jubilación a los 67 años. Y aún me parece que se quedan cortos. Pensemos un momento, si cuando se estableció la edad de jubilación a los 65 años la esperanza de vida apenas pasaba de los setenta y ahora estamos en el umbral de los 85, las personas, al menos proporcionalmente, deberían trabajar más años. Ya en 1995 José Barea, economista español que ahora tiene 82 años, y que trabajo hasta hace dos, propuso aumentar la edad de jubilación ya que veía, como muestran ahora las estadísticas del INE, como el sistema de pensiones y de la Seguridad Social se iban a ver colapsados en apenas veinte años si no se hace nada para evitarlo.

Como experiencia personal, mi abuelo le saca un año a este hombre, y continúa yendo a juicio de vez en cuando a defender a alguno de sus clientes. ¿Hoy en día una persona de 65 años es vieja, o mayor? Pues seguramente sí, pero seguramente se encuentre en un perfecto estado de salud, como una rosa. Además, en una vida de más de 80 años de media, a donde van dos añitos más.

A pesar de todo, para la oposición (por los dos lados) le resulta mucho más fácil sin duda criticar la medida que pararse a pensar las consecuencias de la misma, y la política seguirá así de bien. Yo propondría una recogida de firmas y a ver que pasa.


Redescubriendo el parque

martes, 26 de enero de 2010

Siento la tardanza, la verdad es que no tengo excusa aunque siempre puedo echarle la culpa a que acabamos de "volver a empezar" y que hay demasiadas cosas nuevas como para que encuentre un sitio en mi día para centrarme en el Blog.

Hoy he ido por primera vez al Parque del Retiro, sí, tras unos cuatro meses y pico de residencia en Madrid, aún no había ido. Y mira que la gente tiene esa manía de ir a hacerse fotos o a tirarse al césped, a pasear o a dar una vuelta en esas barcas tan feas pero al parecer tan románticas, ya que parecen estar ocupadas por todas las parejas de la ciudad. Y no quiero imaginármelo en verano donde, por cierto, debe de ser mucha mejor experiencia por aquello de la temperatura agradable y de poder quedarse un ratito más por allí dando una vuelta y sin el temor de morir congelado.

En todas las ciudades hay parques, eso por supuesto, aunque no es lo mismo una capital que una ciudad pequeña. Para mí, el parque siempre fue como una especie de burbuja dentro de las ciudades en las que los padres podían "encerrar" a sus hijos pequeños que se divertían de maneras insospechadas ya que los columpios eran lo menos utilizado. Los mejores parques eran aquellos en los que había una de estas estructuras con forma de torre. Podías transformarte en un bravo Rey que defendía su castillo de los asaltantes con uñas y dientes, o en el valiente guerrero que atacaba la fortaleza y que claramente tenía desventaja ya que el defensor se encontraba protegido por sus murallas (o una escalera y un tobogán que eran difíciles de subir con alguien impidiéndotelo desde arriba).

Me encantaba el parque de la Alamedilla de Salamanca. Principalmente porque era el que tenía el "Castillo" más grande de todos los parques. Además hay un pequeño lago en el que se puede dar de comer a los patos y en una pequeña plaza del parque se intercambiaban, con unos años más, los cromos que tenías repetidos por aquellos tan difíciles de conseguir. A parte, también están por supuesto la churrería o el pabellón, que también traen muy buenos recuerdos.

Sin embargo, estaba diciendo que para mí el parque siempre había sido una burbuja donde los niños jugaban, aunque terminaran haciéndose miles de heridas, pero esto terminó cuando descubrí Central Park. Ese parque me parece de los mejores del mundo, aunque tampoco he visitado muchos. En verano se llena continuamente de gente que se tira por el césped o que simplemente pasea o hace ejercicio. En invierno hay una enorme pista de hielo a la que acude casi toda la ciudad. Además está lleno de ardillas. Lo mejor es, que recordando este parque, he recordado uno aún mejor: El Boston Common. No se que tendrán los parques americanos pero, a lo mejor por ser mucho más naturales que los españoles (no el del retiro, pero sí por ejemplo la mayoría de Salamanca) y porque no hay cazurros que se dedican a destrozarlos, me parecen de los mejores sitios para pasar el día o la tarde. La noche ya no porque tampoco me atrevería, por causas que cualquiera puede imaginar.

Por último añadiré una pregunta, que dudo que alguien pueda contestar; ¿Por qué tres personas reciben en Reyes el mismo libro, casualidad o coincidencia? Sinceramente, yo no creo en la casualidad. Y, ya que estamos, lo recomiendo (aunque no se si debería porque aún no lo he leído). Se trata de "El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas" de Haruki Murakami.


Fin de exámenes del primer cuatrimestre

viernes, 22 de enero de 2010

¿Nunca os ha ocurrido en alguna ocasión que habéis acabado por fin todos vuestros exámenes? Por supuesto que os tiene que haber ocurrido, sino el sistema educativo español está peor de lo que pensaba. En realidad la pregunta que nos surgió ayer fue la siguiente: ¿Por qué cuando terminamos los exámenes (al menos en el momento de salir del último de ellos) nos da una especie de bajón? Seguramente se deba al extremo cansancio que se nos viene encima, tras disiparse el efecto de los innumerables "red-bulls", cafés o "coca-colas" que nos hemos tomado a lo largo del último mes, y que se une a las ganas tremendas de dirigirse cada uno hacia su respectiva cama y allí permanecer otra eternidad (que no dura tanto como nos gustaría, y desde luego nunca lo mismo que los exámenes).

Otra teoría puede ser la de que una gran cantidad de decisiones por tomar se nos vienen encima acerca de los próximos acontecimientos (ya sean vacaciones o la continuación de clases). Sin embargo y, a pesar de todo, tras ese momento inicial las alegrías se nos vienen encima y por fin llegamos a un estado en el que no tenemos que hacer nada, o eso me suele ocurrir a mí por lo menos. El problema está en el cercano tiempo que sigue a los exámenes y que es aquel en el que se otorga a los alumnos de sus notas, que para una gran parte de la gente suelen ser unos días de suplicio y de constante tensión. Yo prefiero no pensar en ello y si algo me caracteriza en estos días es la calma, total, lo hecho hecho está. Otra cosa será si estoy o no de acuerdo con mis notas y, en ese caso, ya reclamaré (y eso ocurre raras veces).

Hecha esta primera reflexión (corta porque ahora es como si estuviera de vacaciones) me gustaría agradecer las críticas al nuevo diseño del blog, más que nada porque en su mayoría eran buenas; está claro que si no no diría nada. Lo cierto es, que pensaba terminar de escribir aquí por hoy pero vistos los sucesos de ayer y hoy tengo que hacerlo. ¿Por qué existe gente en este mundo que busca en todo momento el beneficio a costa de los demás? Con esto no quiero hablar de ningún rico empresario ni de explotadores; todos tendrán su momento. Me refiero a aquellas personas que dedican su tiempo a adueñarse de cosas de los demás o a, simplemente, destrozarlas; por pura diversión.

El porqué, me temo que es bastante sencillo. Existen a mi modo de ver tres causas de estas actuaciones. La primera, aunque seguramente la menos generalizada, es la de la enfermedad. Una persona enferma no puede controlar esos instintos y no podemos tampoco acusarla de hacer algo que no es sino su cerebro quien le "obliga" de alguna manera a hacer, en contra de su voluntad. Otra de las causas es la de la escasez. Personas que viven en un ambiente de pocas posibilidades ven su vida como algo poco valioso y prefieren dedicarse a estropearla aún más, siendo esta una de las tantas formas de demostrar esto; seguramente no la peor de todas. Por último, y la que me resulta más difícil comprender, es la razón que me ha llevado a un susto esta tarde: La diversión. Una serie de personas, generalmente jóvenes, dedican su tiempo a olvidar su gran cantidad de frustraciones cargando contra la sociedad y una de las maneras más divertidas de hacerlo, o al menos eso parece ser, es la de destrozar la propiedad de los demás. Ya sea algo de todos, incluso suyo, como el mobiliario público, o directamente algo de otra persona.

En mi opinión, la única manera de resolver esto se encuentra al principio de todas estas parrafadas, la educación. Espero que algún día sea posible que desaparezcan la gran parte de estas situaciones, aunque la solución sea otra y me haya equivocado. Rectificaré, pero no por ello perderé la sonrisa.


Lavado de cara

martes, 19 de enero de 2010

¿Qué os parece la nueva pinta del blog? La verdad es que las gratuitas que te ofrece la página de Blogger no son nada especial así que en cuanto he tenido algo de tiempo y ganas me puse a buscar una plantilla nueva y ahora la podéis disfrutar todos (tanto como yo).

Lo cierto es que hacía bastante tiempo que no escribía nada aquí. Esto se debe a unas cuantas razones aunque la principal es, como unos cuantos sabréis, la que respecta a los dichosos exámenes de febrero (y que nosotros bolonios hacemos en enero). Ahora apenas me queda un examen por hacer y ya tengo dos de las cuatro asignaturas aprobadas así que la cosa está bastante más tranquila, lo que no quiere decir que cuando termine de escribir esto tenga que estudiar, desgraciadamente.

En primer lugar tengo que recomendaros un libro, o una película, lo que prefiráis. Se trata de El Secreto, de Rhonda Byrne (es el mismo título para película y libro). Al principio os parecerá un simple libro de autoayuda, de los que nunca me ha gustado ninguno, pero este es diferente. Al menos a mi me parece que es cierto y que funciona (por lo menos en el póker). Es más, yo creo que recomendaré un libro y una película cada vez que escriba una entrada, otra cosa es que me hagáis caso y los leáis o las veáis.

No se me ocurren ahora mismo muchos más temas sobre los que hablar, pero siendo esta una entrada para actualizar el blog no está mal. Hasta la próxima, como muy tarde está misma semana espero.


El póker: ¿Suerte o habilidad?

miércoles, 6 de enero de 2010

Día de reyes. Lo lógico sería hablar de qué regalos me han traído o de lo bueno o malo que es el consumismo o de compartir este día en familia, cosa que en mi casa pasa siempre porque es el cumpleaños de mi hermano, vaya coincidencia. Llevaba un rato pensando en lo que me ha pasado hoy y en si tenía algún tema sobre el que escribir y de repente me he dado cuenta: el póker.

Este increíble y fascinante juego (o por lo menos a mí me lo parece) al parecer tiene su origen a finales del primer tercio del siglo XIX cuando los marineros de Nueva Orleans apostaban con una baraja de 20 cartas ganando quien tuviera la mejor mano (de cinco cartas). Más tarde se utilizó la baraja inglesa y se fueron añadiendo nuevos tipos de juego que comenzaron a internacionalizar esta engañosa diversión.

Existen dos tipos de jugadores de póker, a mi modo de ver. Los que juegan para divertirse y los que lo hacen para ganar dinero. En mi opinión, este número está en constante variación ya que se empieza jugando con la intención de pasar el rato, como un entretenimiento más, pero cuando uno gana dinero de verdad (poderoso caballero...) comienza su ambición y avaricia. Se deja de lado la diversión para dar paso a la utilidad. Por supuesto hay que mencionar la gran cantidad de jugadores profesionales que se dedican a ello y que podría decirse que han logrado fortunas considerables jugando al póker; sin embargo, para que alguien gane otra persona debe cambiarse al otro lado de la balanza, es decir, siempre que tu ganas, alguien pierde y generalmente (a no ser que juegues timbas ilegales o "partidas de amigos") la banca siempre saca provecho.

Hay muchas opiniones que parecen matemáticas y que hacen creer que el póker es cuestión de probabilidad y que todo consiste en buenas y malas rachas. Yo sin embargo no estoy tan seguro de ello. Eso podría ser cierto si no existieran los faroles. Como dice un compañero mío, las peores manos son las mejores manos, es decir, tu puedes no tener ninguna jugada, absolutamente nada, pero si sabes como confundir a tu(s) oponentes y hacer que piensen que tienes algo mejor que ellos, puedes hacer que se retire sin siquiera ver tus cartas (y sacarle una buena tajada).

En definitiva, el póker seguirá siendo un juego masivo y que acumulará un montón de dinero y gente alrededor por el simple hecho de parecer una forma de ganar dinero fácil. Yo por mi parte, seguiré jugando pero siempre con moderación. Ante todo, se trata de un juego en el que no tienen cabida las emociones y, en ocasiones, hay que saber perder.

Por último, haré solo un poco de publicidad gratuita a mi compañero de residencia César García (alias CesarSPA) que se encuentra en estos momentos descansando en su humilde habitación de hotel en las Bahamas y esperando el duro segundo día del torneo PCA de Pokerstars que tendrá lugar mañana. Mucha suerte para él y también para los jugadores de póquer, la vais a necesitar. (Los de mus, entre los que me incluyo también, no necesitamos la suerte. Solamente es necesario saber mentir un poco).


Twitter, un mundo aún por descubrir

martes, 5 de enero de 2010

Pues aquí estamos otro día (noche) más, contando alguna cosilla y, de que cosa hablar, en la noche de Reyes si no es de regalos. Ya dije algo hace unos días, justo antes de Navidad, pero quiero dar un rapapolvos a los grandes amigos de Apple. ¿Por qué solamente mandan diez magic mouse a las tiendas que les han pedido dos mil? Sí, yo quería uno.

Hoy twitter me ha vuelto a sorprender. He podido seguir el desalojo del patio Maravillas en directo y de mano de gente que estaba dentro en el momento, o fuera intentando enterarse de lo que ocurría. A pesar de todo, parece que hay cosas que no se pueden detener ya que después de la manifestación de esta tarde en repulsa por el desalojo ya han encontrado un nuevo sitio para establecer este centro cultural.

Yo creo que si el juez que ha sentenciado el desalojo fuera algo inteligente haría que este arquitecto dueño del inmueble, que casualmente ha sido imputado en varios de los casos de corrupción de la Comunidad de Madrid como el de Alcorcón, donara (o vendiera obligado) el edificio a la Comunidad de Madrid o al Ayuntamiento y así se pudiera utilizar legalmente como un centro cultural.

Pues ya veis, de estas cosas se entera uno en Twitter. De esto o de como Google saca un nuevo teléfono móvil de última generación. Quién diría cuando Google comenzó como una simple dotcom que luego crearía una plataforma de correo, google maps y ahora esto, en el que viene todo junto y que cabe en el bolsillo de uno. Lo que más me gusta de estos aparatos es lo de poder usar internet en cualquier lugar en el que estés. ¿Por qué no crear algún método mediante el cual existiera red wi-fi en cualquier lugar? Ya fuera poniendo modems por las calles o algo así, o sino que fuera más fácil y más barato el acceder a Internet mediante estos nuevos móviles-ordenador que cada empresa está creando.

Espero que os traigan muchas cosas los reyes y que a mí, aunque no puedan dejarme aquí el Magic Mouse, que por lo menos me traigan alguna cosa.


La limpieza de Lisboa

lunes, 4 de enero de 2010

Antes de empezar, quiero felicitar al señor Cameron de nuevo por su estupenda película y por estar ya en beneficios, bueno, que voy a decir si además de recuperar sus 300 millones invertidos ya ha alcanzado el billón de dólares. Sí, señores, 1.000 millones de dólares. 1.000.000.000$ A que suena bien.

De todas formas hoy quería hablar de otra cosa porque hace ya un rato llegué de Lisboa y he venido indignadísimo. Siempre me ha encantado la ciudad y ver como una ciudad que te gusta parece que se cae a trozos es lamentable. Me dolió por dentro, de verdad. Por supuesto, algunas calles y zonas siempre se encuentran en buen estado. Hay casas de gente con más posibilidades y que se preocupa mucho más de la apariencia; sin embargo, en el centro de la ciudad, hay cientos de calles repletas de basura, los cubos donde debería estar guardada parecen haber desaparecido y, los pocos que hay, están repletos y rodeados por bolsas que no caben en su interior.

Innumerables casas se encuentran agrietadas, no por dentro, sino por fuera. La pintura de las casas se cae a cachos y eso hace un efecto que no me gusta nada, a nadie puede gustarle esto. Monumentos que necesitan una restauración urgente se encuentran prácticamente abandonados; sobreviviendo prácticamente de la limosna que los turistas les dan para visitar una u otra parte privilegiada de los mismos. Pintadas en todas las casas, en comercios, en edificios históricos. Por Dios, no me digáis que eso es arte, una obra de arte no puede destruir otras obras, es amoral (y feísimo).

Qué más, obras inacabadas que comenzaron hace meses, incluso comienzan a contarse los años con los dedos de la mano. Obras que deberían terminarse pero que, inexplicablemente parece que cada vez están destinadas a durar más, eternamente parece en ocasiones. El metro, ah el metro, cincuenta años de metro, que no son muchos, no nos ilusionemos. Y menos si en una capital europea y en una de las estaciones más importantes, en la hora punta, el metro pasa... atención... ¡Cada cinco minutos!

¿El problema es la falta de empleo verdad? Entonces yo ya tengo una propuesta para el Gobierno portugués: Contratar barrenderos, recogedores de basura, restauradores de obras de arte; incluso más policías y una mayor vigilancia de los lugares históricos. Dar un lavado de cara a una ciudad que parece que haya sido revolcada por el fango, en repetidas ocasiones y de forma deliberada. Y ya que estamos, a los señores compatriotas que poseen un negocio. Por favor, un poco de estilo y modernidad. Si su cafetería o su bar necesita una reforma, háganlo. Se lo agradeceremos.