Dejo blogger.

martes, 20 de abril de 2010

Así es. Me di cuenta en cuanto probé WordPress de que existen una mayor cantidad de widgets, opciones y facilidades en esta otra plataforma y, además, ya me estaba cansando de la gran cantidad de problemas con las plantillas de este trozito de google.

A pesar de todo, continuaré escribiendo aquí hasta que haya terminado con el diseño y con el paso de todas las entradas a la nueva dirección del blog, que será la misma pero con la única modificación de wordpress por blogspot en la URL. Espero que os guste la nueva plantilla cuando ésta esté terminada y que continueis leyendo al menos alguna de mis entradas.

Ya están todos los contenidos en el nuevo blog:

http://laperegrinadesalem.wordpress.com


Lunes de aguas

martes, 13 de abril de 2010

Esta mañana, hablando de Salamanca (y otras ciudades) con algunos compañeros de clase mencioné esta antigua tradición, única en la provincia charra, y que se realiza el primer lunes del mes de abril de cada año. La historia en sí es muy graciosa, por lo menos a mi me lo parece, y me parece un perfecto ejemplo de la hipocresía de la Iglesia y el poder real en la época medieval.

La cuestión es que, en la Edad Media, durante la época de la Cuaresma (caracterizada además de por el ayuno por la abstinencia y durante la cual se veían aún peor cualquier pecado) y a partir del siglo XVI mediante una ley del rey Felipe II, las prostitutas de la Casa de Mancebía de Salamanca (lo que viene siendo un burdel de la época, pero con un nombre discreto) eran obligadas a trasladarse a la otra orilla del río Tormes con el objetivo de evitar tentaciones entre los salmantinos que pudieran llevar a éstos a pecar de lujuria.

Lo más divertido de la historia sin duda era el nombramiento del Padre Putas (así mismo) como custodio de las "meretrices" y con el objetivo de evitar que cruzaran el puente romano antes del primer lunes de abril tras la Cuaresma. Una vez llegaba este día, barcas engalanadas llevaban a las humildes mujeres, encabezadas por el Padre Putas hasta la otra orilla del río donde cientos de estudiantes esperaban rodeados de hornazo (una comida típica salmantina que se come especialmente este día y que es una especie de empanada con embutido y huevo), bebida y bailes celebrando la vuelta de las cortesanas.

Por supuesto, esta norma ya no sigue vigente aunque se mantiene la tradición de juntarse con los amigos (especialmente entre los estudiantes) o de salir al campo con la familia para comer juntos el hornazo y pasárselo bien poco tiempo antes de comenzar los dichosos exámenes. Desgraciadamente, en el día de ayer no he podido estar presente durante esta tradición tan bien aceptada entre los estudiantes (es solo otra excusa para hacer botellón) pero espero volver a disfrutarla.

P.D: Tengo una buena noticia para los usuarios de redes sociales como Twitter o Facebook, como habréis podido comprobar, ya que a partir de este momento es posible compartir las entradas de este blog desde esas dos redes.


Cuaderno del Puerto de Santa María II

lunes, 12 de abril de 2010

Es muy posible que debiera haber escrito esto antes pero, entre exámenes que preparar y un fin de semana atareadísimo y muy ocupado viajando (lo que implica estar sin Internet), no he tenido tiempo. Pues bien, empezaré por donde lo había dejado; esto es, el sábado por la mañana. El día comienza como el resto lógicamente, desayunamos en el hotel pero, ya que nos hemos levantado más pronto de lo normal decidimos dar un pequeño paseo por la playa. A pesar del ansia por bañarse de alguno (incluyendo la realización del paseo precedida por la vestidura del traje de baño) el viento de aquella mañana era tal que incluso la arena se levantaba y me hacía temer por el buen funcionamiento de la cámara. Ésto fue lo más valioso del paseo. Los pies los habíamos mojado por primera vez el día anterior en la famosa playa de la Caleta de Cádiz pero en esta ocasión apenas merecieron la pena las fotos (que no es poco).

Una vez echados de la playa (a causa del viento) decidimos continuar con el plan inicial: la visita a Jerez de la Frontera (con J y no con X). Ya era algo tarde tras el paseo y (tras darnos cuenta de que levantarse a las diez y media no era precisamente pronto) decidimos comer a la entrada de esta nueva ciudad, exactamente la antítesis de la visitada el día anterior; tal vez por ello se explique la rivalidad irracional entre gaditanos y jerezanos (aunque no soy precisamente yo el más indicado para hablar de rivalidades irracionales).

La antítesis entre estas dos ciudades no se debe únicamente a la posición de cada una de ellas (en la costa, como puerto estratégico o cerca de ella pero sin mar a su alrededor) sino también a la importancia histórica de cada una de ellas. Al parecer es algo que depende de la época. En algunos momentos una se encuentra por encima y en otros otra aunque, temo tener que reconocer, que Jerez me pareció mucho más desarrollada que Cádiz (a pesar de ser esta capital de provincia).

En fin, no os aburro más con las cavilaciones que aparecieron en mi cabeza a la vuelta de Jerez sino de la visita en sí. Sobre la comida no tengo mucho que decir, fue tal vez la menos destacable de todas las del fin de semana (y mira que es complicado). El monumento que me encanto, y fue la primera visita que hicimos, fue el Alcázar de Jerez. No había oído apenas hablar de él y es muy diferente de su diseño original (debido a la restauración que se ha realizado, etc.) pero, sin embargo, la parte de la mezquita, que es bastante pequeña, aunque acogedora, es preciosa. La propia simplicidad del edificio hace que uno parezca no necesitar más y pueda quedarse observando el Mihrab mientras escucha el dulce sonido del agua en la fuente del pequeño patio anexo. También me parecieron impresionantes los baños árabes y el antiguo molino de aceite que aún se conserva en su totalidad; a pesar de esto, dos cosas llamaron aún más mi atención.

En primer lugar los preciosos jardines llenos de fuentes (por lo menos una docena) y de flores de todos los colores a su alrededor. Mi enhorabuena al jardinero, y a los árabes por meter tanto agua en sus construcciones. Y en segundo lugar, la caja oscura situada en uno de los edificios del conjunto del Alcázar. Es posible que no conozcáis la función de esta sala y yo mismo la desconocía hasta hace dos días; pero el efecto es impresionante. Consiste en recrear una caja oscura (como la de una cámara de fotos por ejemplo) en una pequeña habitación en una zona de altura de una ciudad y, mediante dos lentes y un espejo, ayudados por una pantalla circular de color blanco y que permita su movimiento (con el objetivo de enfocar la imagen), podremos obtener una imagen perfecta de toda la ciudad con una nitidez impresionante y con movimiento. Me pareció impresionante ver la catedral de Jerez y poder distinguir a los pájaros sobrevolando su cúpula o ver a las personas alrededor de los edificios. El hombre encargado de enseñárnosla nos recomendó una para Salamanca, y la verdad es que estaría muy bien; otra cosa es que los de arriba decidan poner la pasta.

El resto de la visita no fue tan emocionante; la vista del exterior de la catedral, un largo paseo por el centro jerezano, incluyendo las cantinas de algún borracho del lugar, y alguna foto que otra; aderezado todo esto por el dulce olor del azafrán que enfrascaba las calles en un ambiente primaveral y en que daban ganas de olvidarse de todo lo demás.

Esa noche, lo siento por los no futboleros, había dos horas reservadas para el llamado "clásico" (aunque un pucela - UDS me parece mucho más emocionante) y sentaron mucho mejor gracias a la enorme amabilidad del camarero del hotel a quien mi padre ya se había "camelado".

Al día siguiente, desayuno y dejar las habitaciones antes de las doce (exactamente a menos cuarto, ni pronto ni demasiado tarde) antes de la hora de dejar la ciudad. Sin embargo, y habiendo estado un fin de semana entero en un lugar, lo lógico era visitar algo más esta ciudad por lo que, el tiempo que aún teníamos antes de la comida decidimos emplearlo en visitar alguno de los monumentos esenciales y ya de paso una de tantas famosas bodegas. Optamos por la bodega en primer lugar (en concreto las bodegas de Osborne), con tal mala suerte que llegamos diez minutos tarde a la última visita. Salimos del lugar decaídos ya que en mi opinión son una de las mejores bodegas del lugar y, además, la presentación parecía cuanto menos emocionante, aunque todavía teníamos la opción de visitar alguno de los monumentos (se nos acababa el tiempo).

Tal vez fue casualidad o quién sabe qué pero terminamos visitando el castillo de San Marcos (que antiguamente había sido una mezquita árabe aunque Alfonso X el Sabio -y qué sabio era-escondió los restos musulmanes tras un tabique y la ocultó tras una iglesia) y, qué casualidad, otra vez estamos con las casualidades, éste es propiedad de la familia Caballero (sí, los del ponche) y nos invitan a una degustación de vino de Jerez. Cuatro de sus cinco variedades y tengo que decir que no decepcionan. Si tuviera que recomendar diría en primer lugar el vino Oloroso; muy parecido al vino de Oporto.

Tras esto, partimos hacia el norte y con ello fuimos abandonando las nubes que habían comenzado a aparecer a lo largo de la mañana; sin embargo esto no era todo. Una ocurrencia de las de mi padre nos llevó a, estando a unos cien kilómetros de Mérida, visitar el monasterio de Tentudía, en la provincia de Badajoz, y que se encuentra en el punto más alto de la misma. Perdimos dos horas del viaje, pero fueron muy bien empleadas. Unas vistas impresionantes y de 360 grados y, lo que es mejor, la mejor comida del fin de semana (lo siento por aquellos a quienes les encante el pescaíto frito): una presa ibérica a la brasa acompañada de patadas medio cocidas medio fritas (de estas de casa) y pimientos y con un vino de la casa con gaseosa para acompañar. Así soy yo, esta es la comida que me gusta, llamarme paleto o burro del norte, pero por muy omnívoro que sea, mi corazón es carnívoro.


Cuaderno del Puerto de Santa María I

viernes, 9 de abril de 2010

Como algunos sabréis, en este momento me encuentro en el Puerto de Santa María (provincia de Cádiz) de "segundas vacaciones" y, ya que por las noches no tengo mucho que hacer; porque es lo que ocurre cuando viajas con la familia, pues he decidido hacer un breve resumen diario de mis aventuras (o aburridos sucesos según se den). Lógicamente, al llegar ayer tardísimo, no hay mucho que contar y preferiría empezar el viaje desde esta mañana.

El tener horario de desayuno nos obliga, aun estando de vacaciones, a hacer el doloroso esfuerzo de levantarnos más pronto. Pero vale la pena. Y es que lo que de verdad me encanta de los hoteles es el buffet libre del desayuno. En ocasiones puede que llegues con mal estómago o que no te apetezca nada de comida en ese momento pero, ¡Hay tanto donde elegir! Esta mañana, después del reconstituyente desayuno nos pusimos en marcha hacia la capital de la provincia. Tras un poco de remoloneo, a eso de las once y pico nos situamos en el centro histórico de la ciudad.

El día empezó con algo de mala suerte ya que desgraciadamente el teatro romano estaba en obras así que, tras echar una mirada a la costa de película que acababa de aparecer ante nuestras narices. A pesar de las vistas, aún había mucho que ver y en seguida nos dispusimos a subir a la torre de la catedral. Siendo el punto más alto de la ciudad (y encima siendo esta una ciudad costera) se convierte en lo que los francotiradores llaman un "nido de aguila", es decir, un punto alto desde el que se puede controlar los alrededores. Y así hicimos. Una vez vista la ciudad desde arriba es mucho más sencillo ubicarse y encontrar las cosas. Dimos un paseo por la zona histórica de la ciudad y por último, antes de comer, nos acercamos al fuerte de San Sebastián, pasando por la playa de las Caletas (primera vez del año que piso una playa); y, aunque estaba cerrado las vistas (y las fotos) lo merecieron.

Tocaba comer, y eso para nada es complicado en un país como España. Y mucho menos en el sur. Chopitos, tortillas de camarones, chanquetes, papas aliñás u ortiguillas son solo algunos de los pequeños manjares que es imposible encontrar en otro lugar. Una vez terminamos la comida visitamos algunos edificios históricos como el Teatro Falla, en honor al insigne músico de Cádiz, o el museo de las Cortes (también en restauración debido al futuro bicentenario de la Pepa). Me encantaron también los jardines de la Alameda y el Parque Genovés, llenos de fuentes y enormes acacias, creo que en pocas ciudades he visto zonas verdes tan buenas.

Por último, y además de algunas compras, visitamos el Castillo de Santa Catalina, con unas cuantas exposiciones en su interior y seguramente el fruto de las mejores fotos del día, que aún tengo que revisar. Tras eso, cena y vuelta al hotel, hasta el momento de empezar este resumen (que me ha durado un buen rato).

Mañana más


Desconectando

miércoles, 31 de marzo de 2010

Un día antes de partir hacia las frías tierras del extremo del Sistema Central de la Península Ibérica, en concreto la Serra da Estrela; he decidido ponerme a escribir algo en el blog. No solo por el tiempo que pueda llevar sin pasarme por aquí sino, más bien, debido a que hasta el próximo domingo es muy posible que me vea privado del "lujo" de Internet. Hoy en día me comienza a resultar imposible vivir sin la Red. Llegas a casa, o a la residencia, y lo primero que haces (excepto cuando tienes mucha hambre) es encender el ordenador (si no lo has dejado encendido descargando cualquier serie a la que estás adicto) y comprobar tu infinidad de redes sociales para ver si alguien ha tenido tiempo por casualidad de escribir un mísero comentario en las dos (largas) horas que llevas sin conectarte.

Esto es lo bueno de pasarse alguna temporada de vez en cuando al margen de los acontecimientos, de la actualidad. Es cierto, que como periodista que pretendo ser esto puede resultar bastante complicado; y más con la continua presión que tenemos sobre nosotros obligándonos a "enterarnos de todo" y "recordar a la perfección cada uno de los datos". Sin embargo, una vez te apartas de todo esto, en un lugar perdido en las montañas, solo queda la naturaleza. Bueno, una naturaleza que incluye una casa que tiene incluso una televisión, pero tampoco hay ganas de verla si hace buen tiempo. Desde un paseo por el campo hasta unas horas recogiendo fruta o ayudando con los animales (o con los bichos) pueden hacerse divertidísimos por mucho que haya gente que aborrezca estas cosas y le parezcan indecentes para su ficticia posición social.

Esto es lo que haré este fin de semana. Sumado a alguna visita al Mosteiro de Cárquere, que por cierto recomiendo a todos los que algún día recorran esta zona del norte portugués, en la vigilia pascual. Espero que no tenga que pasar mucho frío y que no ocurra nada relevante y por lo que luego me arrepienta de no haber estado para presenciarlo (aunque todo el mundo sabe que no hay noticias en vacaciones).

Nos vemos a la vuelta.


La hora del Planeta

sábado, 27 de marzo de 2010

Esta próxima noche se celebrará a lo largo de todo el mundo la, cada vez más extendida, Hora del Planeta. Consiste en el sencillo acto de apagar por completo las luces, cada uno de su casa, para, por un momento, ahorrar energía eléctrica. La energía ahorrada será mayor según la cantidad mayor o menor de habitantes del mundo que se decidan a apoyar una iniciativa promovida por World Wide Foundation (WWF). WWF pretende demostrar que "actuando juntos, todos somos parte de la solución al cambio climático, y a pesar del insuficiente acuerdo de Copenhague". Este año se prevée por parte de la organización que más de mil millones de personas se impliquen y unas 6000 ciudades apoyen también la iniciativa (200 de ellas españolas) de realizar un gesto, entre las 20:30 y las 21:30 de hoy, a favor de la Tierra.

No se si se cumplirán las previsiones de gente que apoyará a la iniciativa ni si todas las ciudades más importantes apagarán sus edificios emblemáticos (aunque esta duda es la que menos me importa ya que es una buena forma de publicidad y seguro que muchos alcaldes se suscribirán a ella, incluída la ciudad de Salamanca que apagará la Plaza Mayor y eso que dudo que nuestro alcalde sea muy "verde"); sin embargo, no se trata de una hora al año. Todos los días podemos ahorrar luz en nuestras casas, en nuestro trabajo, en nuestro día a día. Y no sólo luz sino también agua o emisiones de CO2 con los coches o motos por ejemplo.

Echemos una mano todos mañana y no nos olvidemos durante el resto del año. Así viviremos mejor seguro y nuestros hijos nos lo agradecerán.


Nuevo, y espero que definitivo, cambio de diseño

viernes, 26 de marzo de 2010

Tras varios días de profundas diferencias entre mi antiguo diseño del blog y yo, he decidido terminar esta larga historia de una vez por todas. Todo empezó muy bien, un diseño bonito, innovador, que parecía mucho más sencillo de manejar; aunque más tarde los problemas se sucedieron. Intentaba probar cosas nuevas, evitar la monotonía, pero ya no era lo mismo...

Y entonces apareció él. Una cara nueva, un cuerpo nuevo, incluso herramientas que antes no podía utilizar, ahora alcanzan el cien por cien de sus posibilidades. Veremos cómo nos va en las próximas semanas, pero creo que esto volverá a ser lo que era en sus viejos tiempos.

(Para quién tenga dudas, hablo del diseño del blog)